¿ A qué dificultades se enfrentan las familias de acogida? ¿Qué implica incluir en el seno familiar a un niño, niña o adolescente acogido? ¿Cómo es la relación que se establece? ¿Cómo valoran las familias esta relación?, son algunas de las preguntas a las que trata de responder este estudio.
Entre las conclusiones cabe señalar que aunque el proceso de adaptación por ambas partes (familia de acogida y menores acogidos) no está exento de dificultades, ya que a los conflictos asociados al desarrollo evolutivo de sus miembros y al desarrollo de la familia como grupo, se añaden los elementos derivados de la incorporación de un niño, niña o adolescente que precisa una atención especializada, la mayor parte de las familias no consideran que esta relación sea difícil, aunque esto no significa la ausencia de problemas, sobre todo los que derivan de las visitas de los niños, niñas o dolescentes acogidos a sus familias biológicas. Además, los niños y niñas acogidos son, en la mayoría de los casos, considerados y tratados como hijos e hijas propios y los sentimientos que generan en la familia son los que cabría esperar hacia un miembro natural del grupo familiar.