Partiendo de la experiencia clínica con niños y adolescentes adoptados y en acogimiento familiar, el autor reflexiona sobre los conflictos que aparecen en la adolescencia. El deseo de saber sobre los orígenes y el modo de acercarse a ese saber constituye un aspecto fundamental en el tratamiento y en el acompañamiento de los adolescentes adoptados en su tránsito hacia la vida adulta (resumen en el propio documento).
Autoría: José Antonio Reguilón Martín
Edita: Revista Clínica Contemporánea
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búsqueda de orígenes
La adaptación del niño adoptado a su nuevo hogar
A lo largo del este artículo, la autora recomienda una serie de estrategias para afrontar el proceso de adaptación de nuestro hijo o hija; cómo construimos nuevos vínculos afectivos y expresarles los afectos. En definitiva, qué pautas educativas seguimos con ellos y ellas.
Autora: Mª Isabel Espinosa Suárez
Edita: Blog Parentalidad positiva
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Identidad y orígenes en el menor adoptado
Profundiza en la necesidad que tiene el niño, niña o adolescente adoptado de que le ayuden a colocar en su historia de vida el abandono y el doble árbol genealógico: el de la familia adoptiva y el de la familia progenitora. El proceso de búsqueda de su identidad implica la integración de esta triada: familia adoptiva, hijo y/o hija y progenitores biológicos.
Autora: Marta San Martino Pomés
Edita: Temas de psicoanálisis
Adopción internacional y búsqueda de los orígenes: Guía para adoptados
Para la persona adoptada, conocer sus orígenes es un proceso que puede desarrollarse en diferentes momentos de la vida y por razones diversas. Algunos adoptados nunca se cuestionan sobre sus orígenes, mientras que para otros la necesidad de saber adquiere gran importancia. También puede comprender distintas acciones, desde simplemente acceder a su expediente, a viajar al país de origen y/o conocer a su familia biológica.
‘Sin prisas, pero sin pausas’
En este videochat acerca del trabajo de historia de vida con niños, niñas y adolescentes adoptados y acogidos, Jesús Jiménez Morago nos dejada un mensaje final de esperanza y nos anima a que sigamos utilizando este instrumento, ya que a pesar de los miedos y dificultades que nos vamos encontrando, «al final recogeremos sus frutos». Ha insistido también en que «no hay que tener prisas, pero tampoco tiene que haber pausas en la elaboración del libro de vida». No es un fin en sí mismo, sino un instrumento que facilita la comunicación acerca de los orígenes con nuestros hijos e hijas. Y ha subrayado que nos corresponde hacer esta tarea a las familia y no podemos delegar, en profesionales del servicio de acogimiento o adopción. Debemos acompañarlos, crear las condiciones y ajustar este proceso a lo que cada niña o niño necesita en cada momento. Nuestra labor no solo se centra en recopilar datos, hechos concretos que aportar a sus preguntas, sino que lo más importante son los sentimientos, que ellos y ellas vean que estamos a su lado, y previamente hayamos elaborado nuestros propios miedos para hablar de la familia biológica.