Los expertos en el campo de la adopción y el bienestar infantil David Brodzinsky y Jesús Palacios comparten los hallazgos clave sobre los niños y las niñas adoptados y sus familias en la reciente publicación The Adopted Chid. El propósito de esta revisión sistemática es recoger sintetizar e integrar los trabajos recientes sobre la adaptación de los niños a la adopción y su relevancia para las cuestiones clave que se abordan en la ciencia del desarrollo humano.
Los autores ofrecen una perspectiva histórica sobre las tendencias en la práctica de la adopción y la vida familiar adoptiva. Revisan la investigación sobre la adaptación de los niños a la adopción, incluido el impacto de la adversidad temprana en su desarrollo, así como los factores biológicos y sociales relacionados con su recuperación de la adversidad. Examinan los factores que afectan el desarrollo de la identidad adoptiva, seguido de la investigación sobre la adopción abierta y la adopción por parte de adultos de minorías sexuales. Y analizan los diferentes tipos de apoyo y servicios postadoptivos que facilitan la estabilidad familiar y el bienestar emocional de los niños y niñas.
Brodzinsky y Palacios subrayan que si bien la adopción suele conllevar desafíos especiales tanto para los niños como para los padres, en general, la mayoría de los adoptados se adaptan a las dificultades iniciales que conlleva la adopción y, con el tiempo, se recuperan sustancialmente de la adversidad.
Los investigadores señalan que los resultados matizan esta primera conclusión y muestran una realidad más compleja. «Incluso cuando la experiencia de la adopción es exitosa y satisfactoria para los miembros de la familia (lo que sucede en la mayoría de los casos, pero no en todos), los niños adoptados y sus padres suelen enfrentarse a desafíos importantes, que se manifiestan en los esfuerzos de los niños, con el apoyo de los padres, por recuperarse de las adversidades pasadas y en sus intentos de construir una identidad personal y social sana y bien integrada«.
Los niños adoptados suelen enfrentarse a desafíos importantes, que se manifiestan en los esfuerzos por recuperarse de las adversidades pasadas y en sus intentos de construir una identidad personal y social sana y bien integrada
Una implicación importante de este debate es que, «más que cualquier predictor individual, la acumulación de adversidades previas a la adopción ayuda a explicar las dificultades de adaptación posteriores a la adopción».
En general, transmiten un mensaje de esperanza: un contexto de adversidad no se traducirá automáticamente en peores resultados. La recuperación «masiva» en todos los aspectos del crecimiento, el desarrollo cognitivo y socioemocional una vez que los niños son colocados en familias adoptivas que los cuidan se ha documentado en numerosos estudios.
Brodzinsky y Palacios reconocen que la experiencia de las personas afectadas por la adopción y los resultados de las investigaciones “nos han hecho más conscientes de las muchas complejidades y desafíos que implica lograr estas importantes tareas del desarrollo”. Y hacen hincapié en que «no minimizar las dificultades de la adopción es tan importante como no patologizarla«.
El desarrollo de la identidad adoptiva es más complejo porque hay un agujero en su pasado. Integrar la propia identidad es complejo para las personas adoptadas pues parten originalmente de separaciones y duelos. Este proceso requiere un sobreesfuerzo por parte de los adoptados y de los adoptantes. Brodzinsky y Palacios señalan que «la forma en que los niños adoptados entienden estas experiencias de vida y el impacto que tienen en la autoestima y la identidad dependen de muchos factores. Entre ellos el nivel de desarrollo de la persona, la información sobre la adopción de que dispone, el estilo de comunicación de los padres, el apoyo que recibe de los demás, su propensión a explorar cuestiones de adopción y la relevancia de la adopción en su identidad emergente». Y concluyen que «es importante señalar que los desafíos que experimentan los adoptados en este aspecto del desarrollo no parecen comprometer al menos un aspecto de la identidad, como es, la autoestima. No encontró diferencias en la autoestima entre los niños y adolescentes adoptados en comparación con sus compañeros de edad no adoptados».
Más que cualquier predictor individual, la acumulación de adversidades previas a la adopción ayuda a explicar las dificultades de adaptación posteriores a la adopción
A pesar de la resistencia que sigue existiendo en muchos países a la adopción por parte de personas adultas pertenecientes a minorías sexuales, Brodzinsky y Palacios muestran que «estas personas están muy motivadas para criar a niños y niñas adoptados, incluidos aquellos con necesidades especiales y pertenecientes a minorías étnicas. Como resultado, estas personas deberían ser consideradas como valiosos recursos de crianza para los miles de niños que siguen esperando la permanencia familiar mediante la adopción».
No minimizar las dificultades de la adopción es tan importante como no patologizarla
Brodzinsky, David; Palacios, Jesús. The Adopted Child. Cambridge University Press, 2024.