La violencia: la otra cara de la empatía

El maltrato infantil afecta de forma considerable al desarrollo de la cooperación, la empatía, el altruismo y la conducta prosocial, provoca graves secuelas psicológicas y biológicas. Las personas sometidas a malos tratos, abusos y negligencia durante la niñez presentan un cerebro marcado por secuelas neurobiológicas a nivel estructural (alteraciones en las propias estructuras cerebrales), así como funcional (mal funcionamiento del cerebro durante una conducta o proceso psicológico concreto). En conclusión y según se ha comprobado, puede afirmarse que como consecuencia del maltrato infantil aparecen alteraciones del hipocampo, la amígdala, el giro temporal superior, el cerebelo, el cuerpo calloso, la corteza prefrontal y el volumen cerebral y ventricular. Tales modificaciones se asocian a secuelas cognitivas, altos niveles de estrés psicosocial y problemas sociales y de conducta.
Autoría: Moya-Albiol, Luis
Edita: Mente y Cerebro Nº 47, 2011
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