Fundamentos del trabajo de historia de vida

La comunicación con niños y niñas

La comunicación es un eje fundamental para intentar conocer a los niños, niñas y adolescentes. Un vehículo que nos permite trabajar con ellos la elaboración de un relato claro y coherente de su vida y ayudarles a definir quiénes son y cómo encajan en el mundo, que requiere una serie de HABILIDADES Y ESTRATEGIAS.

Las familias necesitan hablar con el niño o la niña de una manera estructurada y comprensible acerca de sus orígenes, de las razones por las que está en adopción o en acogimiento, de sus sentimientos así como de otros aspectos de su vida.

En la comunicación están también presentes otras claves gestuales, posturales y contextuales, que dan sentido o modulan el mensaje que se transmite en los contactos e interacciones que se producen entre las personas.

Resulta esencial observar a los niños y niñas, su aspecto, su actitud, su expresión, su postura, su sonrisa, su mirada, etc. Ser sensibles a todas estas CLAVES PARA INTEPRETAR EL LENGUAJE CORPORAL nos puede ayudar a entender mejor su manera de ser y sus sentimientos, más allá de lo que las palabras puedan expresar.

Cuando somos las personas adultas quienes nos acercamos al niño o la niña es muy importante no sólo elegir las palabras adecuadas, sino el modo en que se dicen y los gestos que acompañan a esa comunicación. Este lenguaje corporal que emitimos resulta muy importante en la comunicación interpersonal, ya que facilita la creación de una impresión inicial y de un determinado clima emocional (CLAVES PARA REGULAR NUESTRO LEGUAJE CORPORAL).

La comunicación con estos niños y niñas no siempre es una tarea fácil, más aún si tenemos en cuenta que en muchas ocasiones han vivido historias de adversidad que con frecuencia les han enseñado a ocultar sus sentimientos o a desconfiar.

La persona adulta requiere de una sensibilidad y una formación específica en determinadas habilidades y técnicas que le ayudarán a interactuar con los niños y la niñas en el camino que implica encajar las piezas de su historia. En realidad, lo importante no es el producto final sino el proceso, el recorrido que seguimos juntos.

Comunicar cuestiones potencialmente sensibles o dolorosas

  • Situarse en el tiempo y el espacio del niño o la niña y no forzar las situaciones.
  • Mantener una actitud abierta a la comunicación y de aceptación ante el niño/a,su historia y su situación familiar.
  • Decir la verdad. No inventar y evitar las verdades a medias.
  • Adaptar la información al desarrollo evolutivo del niño o de la niña y su nivel de comprensión. Normalmente, de la información más general a la más específica y de la menos detallada a los detalles más concretos.
  • Utilizar un lenguaje respetuoso, que evite valoraciones y que adopte un tono emocional positivo o neutro respecto al niño o la niña y su familia.
  • Transmitir calidez, confianza y seguridad
  • Ayudar a validar y clarificar las situaciones que ha vivido el niño/a, la manera en que se enfrentó a ellas y los sentimientos que derivan de estas situaciones
  • Desculpabilizar al niño/a y tratar de normalizar sus experiencias y su situación actual.

Es imprescindible darles el tiempo que necesitan para elaborar y entender sus circunstancias, ofreciendo las oportunidades, los medios y el clima de aceptación adecuado para que expresen y asuman, en función de su edad y su motivación, un papel progresivamente más activo con nosotros en la transmisión de su historia. Este diálogo entre profesionales, madres, padres, acogedores, niños y niñas debe ser adecuado al desarrollo, al carácter y a las capacidades de comprensión del niño o la niña.

La dimensión temporal: conectando pasado, presente y futuro

El eje temporal es uno de los pilares del trabajo de historia de vida y sirve para conectar las experiencias del pasado con las vivencias del presente y las expectativas que se abren en el futuro de la vida de niños y niñas durante el acogimiento. Ayuda a configurar las experiencias que vive el niño o la niña en el momento presente mientras se incorpora y se adapta a su nuevo hogar en el acogimiento. Se trata de evitar rupturas dramáticas con las personas y los sucesos del pasado cuando son innecesarias y de reducir su impacto cuando no quede más remedio que separar al niño o la niña de su familia biológica.

Debemos tener presente que la percepción y la comprensión que tiene el niño o la niña de sí mismo y de su historia están mediatizadas por el momento evolutivo en el que se encuentre, por lo que las experiencias que parecían asimiladas pueden requerir nuevas reelaboraciones conforme aumenta su capacidad cognitiva para interpretar su historia y sus circunstancias familiares. En el trabajo de historia de vida esto significa que la construcción de un relato personal debe registrar las idas y venidas que el niño o la niña necesite; los viajes que precise a lo largo del eje temporal que constituye la historia personal de cada niño o niña (ESQUEMA GENERAL- THV DESDE LA PERSPECTIVA TEMPORAL)

El desarrollo de un autoconcepto y una autoestima positivas

Algunos niños y niñas llegan al acogimiento con un autoconcepto negativo y con una baja autoestima tras haber vivido experiencias adversas en sus familias. Una forma activa de favorecer la construcción de una identidad y un autoconcepto saludable es tratando la historia de los niños y las niñas con respeto y aceptación, destacando los aspectos positivos y valorando positivamente la manera en que el niño o la niña se enfrentó a las dificultades. Es muy importante que la persona que trabaje con el niño o la niña se comporte a lo largo de todo el trabajo de historia de vida de acuerdo a un modelo educativo consistente, basado en el afecto, el respeto, la aceptación y la honestidad con las que el niño o la niña pueda identificarse.

A veces, puede ser positivo de cara a la integración social y a la normalización de las relaciones con iguales y personas adultas que los niños y niñas tengan dos versiones de su historia personal. Por un lado, su historia completa constituida por cada uno de los acontecimientos que sucedieron en su vida y, por otra, una versión reducida que pueda compartir con los demás o utilizarla para presentarse cuando sea necesario. Mientras que la historia completa la compartirá con su entorno de familiar y personal más íntimo, la reducida puede simplificar y facilitar el contacto social inicial (RECOMENDACIONES PARA FAVORECER EL DESARROLLO DE UN AUTOCONCEPTO Y UNA AUTOESTIMA POSITIVOS).

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