El juego infantil se ve afectado por el trauma

Existe una amplia información que avala la idea de que el juego tiene un papel de esencial importancia para el desarrollo psíquico de niños y niñas, es la primera herramienta para relacionarse con su entorno, estimula en el neurodesarrollo y favorece el vínculo de apego seguro. Jugar es fundamental para construir un cerebro sano, tanto en lo estructural como en lo funcional, y es la actividad por excelencia de los niños y las niñas, en cualquier etapa evolutiva en la que se encuentren.

El juego en niños y niñas que han sufrido malos tratos

Muchos de los niños y las niñas adoptados o acogidos, que han sido víctimas de abusos y maltrato, no han tenido la oportunidad de jugar, lo que les ha impedido madurar su neurodesarrollo (Lapastora, Montse, 2018).

En niños y niñas que han sufrido maltrato, los síntomas del trauma se van a manifestar en las actividades lúdicas. A través del juego, transmiten sus deseos, temores, fantasías, experiencias y la manera de cómo ven el mundo.

Diversos autores denominan al juego que despliega el niño o niña maltratado juego postraumático. Una actividad repetitiva, desregulada, donde priman las temáticas de agresión, miedo o indefensión, las cuales suelen desplegarse con intensidad durante el juego.

No todos los niños y las niñas que han sido expuesto a larga situaciones traumáticas desarrollan un juego postraumático, pero, en general adquiere características distintas respecto del juego en niños y niñas no traumatizados. Mantienen la respuesta de lucha/huida que tuvo valor de adaptación para sobrevivir en entornos hostiles y/o amenazantes para su integridad personal; o, por el contrario, tuvieron que recurrir a distintos niveles de disociación como mecanismo de defensa (Gonzalo, José Luis, 2014).

Un ejemplo ilustrativo de juego de apego
S.G, y D.G . Un ejemplo ilustrativo de juego de apego

Es importante, como señala Dave Ziegler, no dar por sentado que un niño o niña traumatizado participa en actividades lúdicas de manera saludable. Niños y niñas traen a sus juegos el estrés que siente en todos los aspectos de la vida. El juego a menudo se centra totalmente en ganar y perder. El control se vuelve crítico, se obsesionan con las reglas e intentan alterar el proceso para no salir perdiendo. Estos niños y niñas suelen meterse en conflictos, y la actividad lúdica termina con un desagradable conflicto social. Cada vez que se producen este tipo de juegos, el niño es eliminado o rechazo (Ziegler, Dave).

El juego como herramienta para favorecer el vínculo

Un ejemplo ilustrativo de juego de apego
D.G y N.G. Un ejemplo ilustrativo de juego de apego

El juego es una herramienta que ayuda a fortalecer el vínculo, especialmente dañado en los niños y las niñas que han sido adoptados o acogidos. Con el juego, de una manera no amenazante, podemos contribuir progresivamente al fomento de la capacidad de vincular con las personas de manera más segura.

Crear espacio de conexión emocional entre el niño o la niña y su padre, madre o la figura adulta de referencia genera cambios en la interacción

transformándola en más positiva, gratificante y reparadora. El juego se convierte así en un medio para fomentar el desarrollo del niño o de la niña afectado por trauma y trastorno de apego (Gonzalo, José Luis, 2014).

Durante la actividad lúdica se fomenta el contacto físico y ayuda a reparar relaciones padres/madres-hijos/as, se experimenta un sensación de valía intrínseca, de seguridad, de pertenencia.

Aletha Solter señala la importancia de los juegos que favorecen el apego seguro. El juego de apego tiene algunas características particulares que lo diferencian de los juegos tradicionales. Está centrado en el niño o la niña y sus gustos, busca fortalecer la relaciones padres/madres-hijos e hijas, a menudo involucran la risa y no requiere ningún tipo de equipamiento especial, no es competitivo y no tiene unas reglas fijas.

Cómo podemos crear y fortalecer el vínculo a través del juego

José Luis Gonzalo Marrodán nos propone el Terajuego, una serie de estrategias para afianzar el vínculo a través del juego, una adaptación de la terapia creada por la psicóloga Ann Jernberg en 1967.

El terajuego es una forma estructurada de terapia de juego que cuenta con un sólido fundamento teórico basado en la teoría del apego. Pretende mejorar el vínculo de apego entre los padres y el niño o la niña, aumentar la autoestima, la confianza, la capacidad de autorrregulación, la sintonía, la sensibilización y la capacidad autoreflexiva.

Los componentes básicos de este método organizado, que se basa en la relación entre padres/madres e hijos/hijas y utiliza el contacto físico e interacciones lúdicas agradables, son estructura, interacción y nutrición.

Estructura: el niño o la niña aprende a seguir reglas en juegos sencillos. La estructura de estos juegos en la que padres y madres dan instrucciones claras y establecen reglas y límites hace que el niño o la niña sienta el mundo como seguro, confiable y predecible. Le ayudará a desarrollar la capacidad de autorregulación y a fortalecer el vínculo de apego.

Los padres y las madres son los que dirigen las actividades lúdicas, marcan el ritmo y el tono firme, si es necesario, en momentos concretos. Deben además estar siempre preparados para modificar el juego para adaptarlo a las necesidades de su hijo o hija. Firmeza no quiere decir rudeza ni pérdida del control emocional por parte de la persona adulta. La firmeza es un tono y una voz que transmiten determinación y ayudan al niño o la niña a contenerse, si lo necesita.

El juego tiene una duración determinada, comienza con un principio, una mitad y un final. Esta actividad lúdica estructurada ayuda a que el niño o la niña desarrolle sentimientos de seguridad y confianza en la persona adulta, así como la experiencia de aprender a regularse.

Interacción: Las interacciones lúdicas entre padres, madres y sus hijos que producen risas y sonrisas tienen mayores probabilidades de aumentar los sentimientos de apego en el niño y la niña.

Juego de aparecer y desaparecer.
Juego de aparecer y desaparecer. Imagen de drobotdean en Freepik

Hay muchas maneras de utilizar estas interacciones lúdicas para conectar con los hijos e hijas. Los juegos de aparecer y desaparecer (tapándose la cara con las manos o con una tela…), o el juego del escondite, son algunos de los ejemplos. Los juegos que suponen contacto cara a cara (como imitación de gestos) son muy útiles para todos/as los/as niños/as que han sufrido experiencias de deprivación.

Hay niños y niñas que no toleran el contacto físico y la interacción cara a cara en estos juegos. En estos casos, conviene regular el juego en intervalos de tiempo, usando más paradas o no manteniendo un contacto muy prolongado, haciéndolo con aproximaciones.

Nutrición: Por función nutriente nos referimos a aquellos aspectos de la relación en la que la figura de apego garantiza todo aquello que el niño o niña necesita a nivel físico y afectivo.

El afecto, el cariño y la incodicionalidad de la figura adulta de referencia cumplen también la función de nutriente para el niño y la niña. El niño o la niña percibe que es aceptado sin condiciones y tal cual es, independientemente de sus cualidades y comportamientos concretos. Hacer sentir especial al niño o la niña, en el sentido que él/ella es único/a con características propias que lo hacen original, irrepetible e inmejorable para padres y madres.

El juego es ya un nutrimiento. Durante el juego se pueden propiciar, suceder sin forzar, excelentes, únicos e impagables momentos en los que la persona adulta y el niño o niña se pueden sentir conectados (pero sin invadir) En esos momentos, el adulto puede expresarle al niño o la niña que le gusta tal y como es. Hay que tener habilidades, cuidar el lenguaje y darle un mayor lugar a expresar lo que nos gusta para transmitir el mensaje de que ellos y ellas son amados simplemente por cómo son, incluyendo sus vulnerabilidades, defectos e imperfecciones. Esto es un poderoso mensaje sanador.

Fina Marín | 27 mayo 2023


Las personas que aparecen en la fotografías no guardan relación con la temática del artículo en cuestión: el juego en niños y niñas afectados por trauma y trastorno de apego.

Referencias

Lapastora, Montse; Mata, Noelia. Adopción trauma y juego. Manual para tratar a los niños adoptados y maltratados a través del juego, 2018.

Gonzalo Marrodán, J. L. Cómo pueden las familias adoptivas jugar con sus hijos/as para favorecer una vinculación segura, 2014. Buenos Tratos. Apego, trauma,desarrollo, resiliencia. El blog de la RED APEGA de profesionales (www.buenostratos.com)

Ziegler, Ph.D. Childlike Play is Affected by Traumatic Experience . Jasper Mountain. Hope for Children & Families (https://jaspermountain.org). Consultado el 17 de mayo de 2023

Solter, Aletha. Desarrollando el vínculo padres-hijos. Juegos que unen: Cómo solucionar los problemas de comportamiento de los niños mediante el juego, la risa y la conexión, 2016.

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