Esquema general del trabajo de historia de vida desde la perspectiva temporal

Fases Actividades principales
Elaboración de la historia pasada
  • recoger información y datos sobre el niño o la niña y su situación familiar
  • conocer y compartir impresiones acerca de las personas más significativas de la historia del niño o la niña
  • conocer, compartir y secuenciar las experiencias significativas del pasado
  • facilitar la expresión de ideas y sentimientos sobre el pasado
Trabajar en el presente
  • guardar constancia documental y gráfica de la experiencia vital del niño o la niña a lo largo del acogimiento
  • tratar con el niño o la niña sobre la medida y las razones del acogimiento
  • facilitar su adaptación al acogimiento
  • facilitar la expresión de ideas y sentimientos sobre su situación presente
  • fortalecer los vínculos con los adultos de referencia de los niños o las niñas (educadores/as, familia acogedora, familia biológica…)
Preparar el futuro
  • reducir la incertidumbre proporcionando información sobre el plan de intervención
  • facilitar la expresión de los sentimientos, deseos y temores
  • ayudar a elaborar el proceso de vinculación-desvinculación

Claves para regular nuestro lenguaje corporal

  • Acercarse progresivamente, guardando una distancia prudencial en la que el niño o niña se sienta cómodo. Ser intrusivos puede provocar bloqueos y estrés.
  • Darles tiempo para que se expresen con tranquilidad.
  • Establecer contacto ocular poniéndonos a su altura. Es una forma de decirle que nos interesamos por él o ella y que intentamos comprenderle.
  • Utilización de la mirada. La mayoría de las veces es reforzante y suele ser señal de implicación. Mostrar a los niños y las niñas a través de nuestra mirada, complicidad y cariño para que se sientan apoyados.
  • Buscar espacios y momentos de bienestar, calma y de calor afectivo para propiciar la relación en los encuentros con niños y niñas.
  •  Utilizar materiales que faciliten la comunicación en un entorno lúdico. Elementos como balones (para sentarse sobre ellos, lanzarlos…), pañuelos y telas (para esconderse, disfrazarse…), mantas de lana (para taparse, simular alfombras voladoras…), cubos grandes de madera (para que lo salten, lo utilicen como túneles…) entre otros mejorarán el diálogo gestual intuitivo entre el adulto y el niño o niña.
  • Reforzar a través de nuestra actitud física y nuestros gestos la aprobación y satisfacción ante los logros y avances del niño o niña.
  • No tener miedo al contacto físico cuando éste sea preciso para contener al niño o la niña consolarlo o para expresarle sentimientos positivos.

Claves para interpretar el lenguaje corporal de los niños y las niñas

  • La mirada: es la expresión física del mundo psicológico y emocional del niño o la niña. Cuando evitan el contacto ocular puede ser un indicador de falta de interés o puede ser una muestra de inseguridad.
  • El contacto físico afectivo: la expresión física del afecto o la búsqueda del contacto físico puede ser una manifestación espontánea de aproximación en niños y niñas. Este tipo de expresiones va a depender de la edad, la situación que viva y del grado de confianza que haya desarrollado en su relación con nosotros. Si aprendemos a ser sensibles a este tipo de señales, podemos aprovecharlas para fortalecer nuestra relación con el niño o la niña.
  • La voz: el tono, la modulación, la velocidad, etc., son muy importantes porque pueden transmitir seguridad y calidez o por el contrario rechazo o agresividad.
  • Expresiones y gestos: los componentes gestuales incluyen un abanico de acciones muy variado e informan del estado emocional del niño o de la niña. La sonrisa favorece las interacciones y es transmisora de aceptación y agrado. No obstante, hay que ser sensibles al resto de expresiones y en especial a la tristeza o la decepción. También conviene observar el tono vital y la energía que ponen en sus movimientos, gestos y expresiones.
  • Postura corporal: es la disposición del cuerpo a aceptar o a rechazar a otras personas durante la interacción. Está compuesta por la posición, la orientación y el movimiento del cuerpo.
    • Posición avanzada o inclinada: puede transmitir interés, predisposición positiva, apertura al diálogo. Actitud activa.
    • Posición desplazada o invertida: puede transmitir desinterés, temor, inseguridad, desconfianza, incredulidad. Actitud pasiva.
    • Orientación: es el ángulo con el que el cuerpo se dirige a los demás. Que el niño o la niña se sitúe de frente puede indicar implicación. En un lado puede indicar cooperación.
    • Movimiento del cuerpo: puede transmitir energía y dinamismo o pasividad y tranquilidad.