Este procedimiento ayuda a niños y niñas a entender que se puede querer a nuevas personas sin renunciar al amor que siente por las que ya forman parte significativa de su vida y de su historia.
Dadas las características del material que se emplea y la dificultad que puede representar para los más pequeños captar su sentido, esta actividad está especialmente recomendada para niños y niñas a partir de 7 u 8 años. La actividad consiste en:
- Pedirle al niño o la niña que piense en todas las personas que son significativas en su vida.
- Una vez que el niño o la niña haya identificado a cada una de estas personas, se adjudicará una vela a cada una, que, opcionalmente, podrán ser decoradas, pintadas o se podrá escribir el nombre de cada persona en ellas.
- Se procederá a hacer una fila con las velas delante del niño o la niña. Se pueden utilizar velas de base ancha, ya sea redonda, cuadrada o de cualquier otra forma, para evitar que se caigan.
- Le recordaremos que las velas representan a todas las personas que él o ella ha querido a lo largo de su vida.
- Seguidamente, se coloca delante de la fila otra vela más que representa al niño o a la niña
- Se enciende esta última vela y se le dice al niño o la niña que el momento de encender la vela representa su nacimiento, momento en el que venía con capacidad para amar a muchas personas.
- A continuación, se enciende la primera vela de la fila indicando que esta vela representa a su madre que fue la primera persona a la que el niño o la niña quiso.
- Después, y poco a poco, se van encendiendo las demás mientras se indica al niño o la niña quién representa cada una en función de las personas que han sido relevantes para el niño o niña (padre, hermanos/as, abuelos/as, otros familiares, vecinos/as, educadores/as, familia acogedora, familia adoptiva, etc.)
- Entonces se le explica que mientras unas velas permanecen encendidas podemos seguir encendiendo otras y que eso significa que para querer a nuevas personas no es necesario dejar de querer a otras.
- Por último, es importante pedirle que nos dé su impresión sobre la actividad y que nos cuente cómo se ha sentido. Eventualmente pedirle que haga un dibujo o una redacción de la actividad.