El adolescente adoptado pasa por la misma crisis de identidad y los mismos sentimientos de todo adolescente, pero se le suman las experiencias vividas en relación a su adopción y su origen distinto. Si, como se ha dicho, tenemos en cuenta la importancia de los primeros vínculos y la atención a las necesidades en la infancia como factores influyentes en el buen desarrollo de la crisis adolescente, se puede entender la mayor vulnerabilidad y complejidad que vive el adolescente adoptado, que ha pasado por pérdidas vinculares, carencias, negligencias y/o maltrato en la vida previa a su adopción. La capacidad de comprensión y reparación de estos daños que tengan los padres adoptivos a lo largo de la evolución de su hijo va a ser crucial para que éste construya una base emocional más sólida que le permita afrontar la adolescencia con mayores recursos emocionales.
Si puede pasar por ella sin rupturas ni actuaciones de riesgo, la adolescencia va a ser para él una oportunidad para resolver traumas y carencias anteriores a su adopción e integrarlas a las vivencias en el seno de la familia adoptiva (Rygaard, 2008).
En esta etapa va a reafirmar, o no, su filiación adoptiva y a sentir, o no, a sus padres como verdaderos. Se pueden reafirmar los vínculos o, por el contrario, huir de ellos y de su situación en la familia con actuaciones que pueden poner en riesgo su salud física y mental (resumen el propio documneto).
Autoría: Vinyet Mirabent Junyent
Edita: Temas de Psicoanálisis
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