Conocer, ordenar y dar sentido al pasado
El testimonio del niño o la niña es la principal fuente de información y el punto de partida del trabajo de historia de vida. Y lo es porque es esencial conocer qué sabe él o ella de su propia historia y, más importante aún, cómo la percibe y qué relato ha elaborado en torno a los acontecimientos de su vida. A partir de sus experiencias y recuerdos, la familia acogedora emprenderá junto al niño o niña acogido este camino intentando identificar y secuenciar los acontecimientos más relevantes de la vida del niño o de la niña apoyándose en el uso de técnicas como, por ejemplo, el flujograma.
Cuando no conozca o no recuerden su historia personal, el trabajo de historia de vida servirá para compartir con el niño o la niña la documentación, las fotografías, las cartas, las impresiones…y todo aquel material del que dispongamos que pueda ayudar a reconstruir los hitos fundamentales de su vida hasta el momento presente. El uso de documentación oficial como la partida de nacimiento u otra documentación donde se pueda leer el lugar y la fecha de nacimiento, el nombre de sus progenitores, etc., puede servir de ayuda para completar la información requerida al inicio del libro de vida.
Para inicar el trabajo de historia de vida es necesario:
- Que la persona adulta encargada del trabajo de historia de vida conozca los acontecimientos y los datos más significativos del pasado en su secuencia cronológica.
- Que el niño o niña esté motivado e interesado por conocer estos hechos.
- Dedicar un espacio y un tiempo a compartir las experiencias del pasado utilizando recursos
como el libro de vida, el flujograma u otros. - Un clima de entendimiento y confianza mutua que permita compartir actividades y recuerdos
en torno a la historia del niño o de la niña.
Los niños y las niñas deben tener acceso a la información necesaria y ajustada a su nivel de comprensión a lo largo del trabajo de historia de vida para entender lo que les está ocurriendo. No se trata sólo de informar sino de contrastar y completar su propia visión para ayudarles a construir un relato coherente de su historia, repasando juntos el orden cronológico de los acontecimientos de su vida pasada, ayudándoles a analizar las razones por las que ocurrieron los hechos y animándoles a extraer sus propias conclusiones.
En esta reconstrucción juega un papel muy importante la relación que el niño o la niña mantenga con sus progenitores, la intensidad emocional de las experiencias vividas con anterioridad al acogimiento, su edad al ser separado de su familia y también su edad en el momento de iniciar el trabajo de historia de vida.
En todo este proceso, la persona encargada del trabajo de historia de vida juega un papel muy importante, ya que debe acompañar al niño o la niña en la elaboración de esta secuencia de acontecimientos partiendo del conocimiento y la visión que él o ella tiene de su propia historia sin desautorizarla ni desvalorizarla.
Además, la elaboración de este relato personal es un proceso que debe ser actualizado en el momento de la llegada al acogimiento, en la fase de adaptación inicial y a lo largo de la infancia en función de las necesidades del niño o de la niña y el eventual cambio de sus circunstancias personales y/o familiares.
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