- Mostrar respeto hacia el niño o la niña y hacia su historia.
- Favorecer una relación de confianza como base fundamental y primer eslabón del trabajo de preparación.
- Ser honestos a la hora de comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad.
- Seguridad. No crear expectativas inalcanzables que puedan provocar sentimientos de frustración en el niño o niña.
- Ayudar al niño o la niña a integrar experiencias y a darles sentido a las mismas mediante un relato positivo.
- Ayudar al niño o la niña a explorar las áreas de su vida en las que pueden ejercer control.
- Fomentar la iniciativa del niño o niña y su implicación en la construcción de su historia de vida.
- Hacer que se sienta querido/a y aceptado/a.
- Escucharle y demostrarle que nos interesa lo que dice.
- Elogiar sus esfuerzos: “te quedó muy bonito ese dibujo”, “estoy orgulloso de tus calificaciones”.
- Expresarle cómo te has sentido con él o ella, explicándole las razones. Ejemplo: “No me gustó lo que hiciste porque…”
- Compartir sus aficiones e intereses.
- Resaltar sus características especiales: “Eres muy bueno en trabajo manual”.
- Aceptar sus ideas, animándolo para que las lleve a cabo aunque sean diferentes a las nuestras.
- Respetar su intimidad.
- Comprender sus fracasos, apoyándole cuando necesite ayuda.
- Asegurarnos de que el libro de vida contiene aspectos relativos a los éxitos del niño o la niña, ya sea sobre el colegio, los deportes, los amigos/as, la mejora en la conducta o en cualquier otro ámbito.
- Ayudar al niño o la niña a verse a sí mismos como personas diferentes a sus progenitores, para que no se sientan responsables de los problemas de su familia.
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